SERIE LIDERAZGO
Y DESARROLLO PERSONAL
Aporte Nº 17
Haciendo Felices a Nuestros Clientes
Los
productos o servicios de una organización tienen como meta la satisfacción de
las necesidades, expectativas y deseos de los consumidores.
Por Rubén Alfonzo
5 de octubre 2014
Toda persona que
decide iniciar una empresa es porque tiene la intención de elaborar
y/o comercializar un buen producto o servicio que ha imaginado. Con
ello, este individuo o individuos esperan captar clientes que los adquieran y
alcanzar sus metas personales de prosperidad y crecimiento.
Para que la
organización exista tiene que tener uno o más clientes. Por lo mínimo se
necesita un cliente.
El propósito de toda organización es
tener clientes que adquieran sus productos. Ese cliente se llama cliente final
o consumidor. Las organizaciones pueden vender sus productos directamente al
consumidor o por medio de intermediarios.
La clave del éxito es que los clientes
externos de la empresa estén muy felices y sus expectativas altamente
satisfechas con el producto o servicio que la empresa oferta y pone disponible
en el mercado.
Para que la empresa pueda colocar sus
productos en el mercado de manera excelente, todas las personas que laboran en
ella deben tener como único fin la satisfacción de los intermediarios y del
cliente final.
Esto quiere decir que todos los que
integran la organización, sin excepción, deben enfocarse en alcanzar la
excelencia de los productos y servicios que la empresa elabora y genera.
Los vendedores conforman la línea de
frente o línea de contacto, o sea, los que dan la cara en nombre de la
organización ante los intermediarios y los consumidores. El resto de las
personas en la organización conforman la línea de apoyo a los vendedores en su
gestión de ventas.
La organización debe actuar como un
ente bien engranado y aceitado de forma que todos los procesos y acciones
fluyan de forma coordinada y productivamente. Esto requiere que todas las
personas, entiéndase muy bien “Todas”, que la integran crean y sientan que los
intermediarios y consumidores son los que le aseguran la sobrevivencia a la
empresa. Son ellos quienes se meten la mano en el bolsillo y le dicen a la
empresa por medio de los vendedores: “tus productos y servicios satisfacen mis
deseos, requerimientos y necesidades; por lo tanto, a cambio de ello te doy mi
dinero para que mantengas y continúes la operación y desarrolles tus proyectos
e inversiones.”
Entonces, el cliente final y los
intermediarios son claves para el éxito y sobrevivencia de la organización de
forma continuada en el tiempo.
Ahora bien, no es solo el producto lo
que debe generarle felicidad al cliente sino también la forma como se sienta
atendido y servido por los todos los miembros de la empresa con quienes tenga
contacto. Los clientes no pueden ser maltratados en ninguna forma.
Si escuchamos atenta y honestamente los
reclamos que nos tengan a bien hacer los intermediarios y consumidores,
descubriremos en sus palabras y emociones cosas y aspectos que debemos corregir
y mejorar, como organización e individuos.
En situaciones de escasez, los
intermediarios y consumidores no tienen otra opción que adquirir lo que está
disponible. A la vez aprenden qué es lo que no le satisface de un producto.
Cuando regrese la normalidad al mercado, estarán en capacidad de tomar
decisiones de compra basadas en lo que ya han aprendido sobre los productos que
realmente satisfacen sus necesidades, deseos y expectativas.
Para los intermediarios, el servicio
posventa es muy importante. Su satisfacción está asociada con la entrega completa
de lo comprado, la calidad esperada de los bienes o servicios, la puntualidad y
con los costos correctos según lo convenido con el vendedor; la atención y
trato recibida por los transportistas y despachadores; el servicio de
mercaderismo recibido para alcanzar la mejor visibilidad y atractividad de los
productos en el piso de ventas; el trato de las personas al momento de
contactar a cualquier departamento, etc.
En resumen, la organización como un
todo tiene como objeto elaborar y ofrecer productos y servicios que satisfagan
necesidades, deseos y expectativas de los consumidores. La felicidad de los
consumidores o usuarios finales estará dependiendo del grado de satisfacción
que resulta del uso o consumo de los productos y servicios adquiridos. El precio
a pagar sobre el producto o servicio queda relegado a un segundo plano cuando
la satisfacción es alta. O sea, el valor percibido del bien o servicio es muy
superior al precio a pagar relativo a productos similares.
La felicidad generada en los consumidores
les motiva hacia la recompra del producto o servicio de la empresa y su divulgación,
y hacen que el producto sea más competitivo en el mercado.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario